Introducción

Una de mis mayores aficiones desde que era pequeñito son los videojuegos: para bien o para mal, he dedicado horas y horas de mi vida a entrar en estos mundos tan chulos y guays que nos hacen disfrutar y evadirnos, momentáneamente, de la realidad. Ya sean juegos de rol, novelas visuales, puzles, aventuras...Y fue en una de estas aventuras en las que conocí la mundialmente conocida saga Final Fantasy, una saga que, eventualmente, se convertiría en una de mis franquicias favoritas de este mundillo. Me he criado jugando a los clásicos, y tengo el orgullo de poder decir que me he pasado casi todos los Final Fantasy enumerados (salvo el XI), así que me considero un entendido de la saga. Y vuelvo a pasarme el V, y vuelvo a pasarme el IV, y vuelvo a pasarme el IX...por no hablar de los juegos que no tienen ese numerito principal (ya sean los Tactics, spin-offs como el Crisis Core, Type-0, etc). Cada vez con menos tiempo, siempre recuerdo esta saga con una sonrisa. No obstante, los tiempos cambian, al igual que el pensamiento comercial de las empresas, y la que una vez fue una gran saga de juegos de rol ha acabado por tomar caminos sinuosos donde cada entrega ha ido cambiando de mecánicas, de jugabilidad como tal y han acabado llegando a adoptar ideas curiosas, otras mejores, otras peores, etc.
Cuando vi que Final Fantasy XVI iba a ser producido por Naoki Yoshida, director de Final Fantasy XIV desde que resurgió de sus cenizas con la actualización A Realm Reborn, y además de que iba a contar con la participación del gran compositor Masayoshi Soken, pensé que "bueno, este título va a ser, como mínimo, bueno". Debido a experiencias con anteriores títulos de la saga (véase Final Fantasy XV) cuya narrativa apenas te cuenta cosas, con su ritmo caótico e inconcluso, tengo claro que la saga ya no es lo que era. Pero no voy a ahondar en esos detalles ahora mismo. Tuve que esperar cosa de un año y algo (¿quizás dos?) para poder echar mano a este título en PC. Habiendo agradecido enormemente la ocasión que se me ha presentado (el disponer de una máquina lo suficientemente potente como para jugar a este título) he podido completar Final Fantasy XVI junto con sus dos expansiones: Echoes of the Fallen y The Rising Tide. Aquí vais a tener mi más sincera opinión respecto a este título (sin spoilers), con mis opiniones sobre lo que me ha gustado y lo que no. Y, por supuesto, no quisiera empezar sin aclarar que esta es sólo mi opinión como jugador: puedes tener una opinión totalmente distinta y no habrá ningún problema, siempre y cuando exista el respeto y el debate cordial. Dicho esto, voy a empezar explicando un poco lo que el jugador se va a encontrar mientras comento cosas que me hayan parecido positivas; posteriormente, aclararé qué aspectos del juego no me han gustado, y acabaré con la conclusión de si recomiendo o no Final Fantasy XVI.

Características

Este juego nos pone en la piel de Clive Rosfield, el Guarda Ducal de Rosaria, encargado de defender su tierra, e incluso más importante, a su hermano pequeño, el cual es uno de los portadores de los Eikons (o invocaciones, para quienes ya conozcan la saga). Cada portador es el elegido de tener en su interior a uno de los grandes eidolones; en este caso, Joshua Rosfield es el portador del Fénix. Y gracias a él eres capaz de usar magia del propio Fénix. Decir más sobre la misma historia sería ir más allá de lo necesario, ya que considero que una buena historia se tiene que ir descubriendo poco a poco, así que no contaré más. Sí puedo decir, sin embargo, que es una historia completa: no necesita de productos adicionales como secuelas o contenido descargable para conocerla en su totalidad. Esta historia contiene personajes memorables, sucesos bastante chulos y, en general, te acordarás de muchas cosas que ocurran en el título. Además, el juego adquiere un toque político, en sentido de que te explican en muchos momentos cómo está la situación de esta facción, qué está haciendo este ejército, cómo se mueven, etc. Ayuda a ponerse en situación y agradezco que se hayan tomado tan en serio a los personajes aparte de los protagonistas.


Podremos ver, de primera mano, varios de los conflictos que atañen a dos bandos ajenos al nuestro.

Nos encontramos ante un videojuego hack'n'slash con elementos de la franquicia Final Fantasy (invocaciones, hechizos, cristales, criaturas, etc). Al ser un juego de este estilo, tendrás a tu disposición un montón de ataques, algunos de ellos te recompensarán si realizas acciones específicas (bloquear/esquivar ataques en el último momento, por ejemplo) en forma de ataques y beneficios más poderosos. La jugabilidad está tan bien hecha y pensada que pude derrotar a un enemigo que era once niveles superior a mí. Este punto, a mi gusto, es de lo más destacable de este título, ya que recompensa al jugador al hacer que el mismo se esfuerce en dominar sus mecánicas. Contaremos con multitud de ataques y movimientos condicionales, y dependiendo de lo bien que lo hagamos, estaremos todo el rato atacando sin dar cuartel al enemigo. Y ya que menciono el combate, debo decir que muchos combates de la propia historia te inyectarán adrenalina en vena y serán muy frenéticos. Sin duda, recuerdo especialmente dos de ellos, y me encantaría rejugarlos en cualquier momento.


Combates al rojo vivo (en ciertos momentos, de forma literal). Una de las cosas que destaco de este juego es su capacidad para hacer combates increíbles.

Se agradece que hayan formado una historia coherente, pues viniendo de anteriores títulos no tan clásicos, teniendo más recursos en comparación con años atrás, da mucho que decir de la organización de la empresa. Square-Enix tardó bastantes años en desarrollar historias de varios títulos no tan antiguos, y aun así las lanzaron con todos sus problemas y agujeros de guión. La historia de FF XVI está completa, no necesita nada adicional para entenderlo todo. Hace que te preocupes por sus personajes, y después de pasarte el juego seguro que te acordarás de varios de ellos.


Tendremos personajes memorables, entrañables, y no me cabe duda de que recordaremos a muchos de ellos después de acabar el juego.

La obra cuenta con una banda sonora muy buena; nada extraño, ya que hablamos del genio compositor Masayoshi Soken, responsable de la banda sonora de Final Fantasy XIV. Hay varios temas que se te quedarán en la cabeza y agradezco tener a un compositor de calidad componiendo para este juego.

Crítica

Hasta este punto, he descrito lo positivo y lo que he disfrutado del juego, y ahora describiré lo que no me ha gustado:

El juego no está hecho para que puedas modificar al grupo como conjunto. Sí, puedes modificar los ataques de Clive y su equipamiento, pero no podrás hacer nada en lo referente a los compañeros que vayan contigo. Huelga decir que tus compañeros serán controlados por el juego, por lo que, a excepción de uno de ellos que más o menos puedes "controlar" lo que hace, llevas a Clive y a Clive llevarás.

El juego no te recompensa por explorar. Puedes explorar todo el mapa, pero no encontrarás nada útil ni valioso. Sólo una ínfima parte de los cofres que encontrarás te darán accesorios que pueden ser útiles, pero la gran mayoría de ellos te darán una escasa cantidad de guiles o un montón de materiales que luego te saldrán por las orejas, ya que tampoco hay muchas mejoras y armaduras. Pongamos que, en casi cualquier otro Final Fantasy, te da por explorar aquel espacio que no lleva a ningún lado o que parece sospechoso: normalmente encontrarías un cofre con una pieza de equipamiento rara o curiosa que puede ayudarte en ese momento de la aventura. Aquí lo más parecido que encontrarás son cofres con mucho material de forja, objetos curativos a mansalva (ya que estamos ante un hack'n'slash, y eso conlleva a ponerte curaciones en forma de cofres) o mejorar equipo que, como he mencionado antes, son materiales que te sobrarán por todos lados, ya que la creación y mejora de equipamiento se usa tan poco que hace preguntarse a un servidor por qué los han metido. La respuesta está clara: para dar al juego una mayor sensación de JRPG, cuando la orfebrería de Final Fantasy IX (ha llovido desde entonces) tiene muchísimo más juego y, desde luego, es una maravilla en comparación a esta.

Olvida las mecánicas que Final Fantasy te ha enseñado a lo largo de los años: En esta saga existen criaturas con sus mecánicas y características únicas que dotan a los mundos de la misma de una fauna (y flora) rica en tácticas, curiosidades y ataques icónicos. Por ejemplo, los enemigos denominados como flanes (criaturas viscosas de diferentes colores) resisten los ataques físicos pero son débiles a los mágicos; por otro lado tenemos los bomb, estas bombas flotantes en forma de llamas redondas que, como les eches un ataque de fuego pueden ocurrir dos (o más) cosas: a) el bomb recupera vida; b) el bomb recupera vida y se hincha para explotar y darte un susto con una graciosa cantidad de daño; o c) ambas a la vez. Estas mecánicas (y muchas otras) no están presentes en este juego, un título perteneciente a la saga enumerada. 


Olvídate de las mecánicas de otras entregas: a este rey bomba del fuego puedes hacerle daño con fuego.

Conclusión

Final Fantasy está en un estado de cambio constante desde hace ya dos décadas, con una ansia inexplicable de alejarse de las características que dieron forma a esta saga, ya que desde Final Fantasy X, cada juego ha acabado teniendo una jugabilidad totalmente distinta. Este título posee unas mecánicas que lo hacen bueno y muy divertido de jugar, sin duda alguna; no obstante, está claro que Square-Enix ha olvidado estas características que me hicieron adorar la franquicia. Final Fantasy XVI es un buen título, por eso lo recomiendo, pero tiene el título sólo por las referencias y porque...han decidido ponérselo en el nombre. Final Fantasy XVI, siendo un miembro de la "línea principal" de los juegos enumerados, debería tener dichos elementos, los que definen (definían) y hacen (hacían) a la franquicia lo que es (era).